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Nació en la Ciudad de México el 6 de febrero de 1929. Cursó la licenciatura en Historia en la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la maestría en Historia de las Artes Plásticas en la Universidad Iberoamericana (UI) y doctorado en Historia, con especialidad en Historia del Arte, en la FFyL de la UNAM (1967).

 

Historiadora del arte. Sus investigaciones se centraron en el arte prehispánico mesoamericano. Se dedicó a hacer comprensible y difundir el arte indígena del México antiguo, así como a proteger el patrimonio cultural. Reconocida en el ámbito nacional e internacional por sus valoraciones profundas de las obras, la búsqueda de múltiples significados a partir de las formas mismas y por subrayar como una realidad primordial la rica pluralidad del panorama artístico y cultural de Mesoamérica.

 

A lo largo de su trayectoria, ocupó numerosos cargos como directora de la Escuela de Historia del Arte de la Universidad Iberoamericana (1963-1970). En la UNAM fue investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE), desde 1964; directora de la Colección de Arte de la Dirección de Publicaciones (1973-1986); directora general de Publicaciones (1975-1977); coordinadora del área de Historia del Arte de la FFyL (1977-1979); directora del Instituto de Investigaciones Estéticas (1980-1986); y directora honoraria de la Colección de Arte de la Coordinación de Humanidades de la UNAM (1973-2005). Su actividad docente la desarrolló en la UI, en la Escuela Nacional de Antropología y en la FFyL de la UNAM, principalmente. Asimismo, dictó numerosas conferencias, cursos y participó en congresos y mesas redondas tanto en México como en el extranjero: en Estados Unidos, Francia, Alemania, Inglaterra, Italia, España, Austria y Suiza. Fundó el Seminario de Arte Prehispánico en la División de Estudios Superiores de la FFyL de la UNAM y dirigió el Seminario Multidisciplinario La Pintura Mural Prehispánica en México, del IIE de la UNAM.

 

Autora de La escultura de Palenque (1965), Palenque en la historia del arte (1968), Escultura funeraria prehispánica: el Occidente de México (1974), Las cabezas colosales olmecas (1975), Los hombres de piedra. Escultura olmeca (1977), Escultura huasteca en piedra (1980), Peldaños en la conciencia. Rostros en la plástica prehispánica (1985), Las cabezas colosales olmecas, entre otros. Publicó innumerables artículos especializados, capítulos en libros, ensayos y textos en publicaciones periódicas. El Colegio Nacional ha reunido su obra en nueve tomos.

 

Fue miembro de la Sociedad Mexicana de Antropología, de la Asociación Mexicana de Críticos de Arte, de la Academia de Artes de México, Academia Mexicana de la Historia, de la Junta de Gobierno de la UNAM, de la Association for Latin American Art, del Comité Internacional D’Histoire de L’Art, del que fue vicepresidenta. Fundó el Comité Mexicano de Historia del Arte (1974)  y lo presidió (1977-1988).

 

Obtuvo el Premio Nacional de Ciencias y Artes 1989, en Historia, Ciencias Sociales y Filosofía y el Premio Universidad Nacional 1992. De manera póstuma, el Museo Peabody de Arqueología y Etnología de la Universidad de Harvard le otorgó el Premio Tatiana Proskouriakoff 2005 por sus “extraordinarias contribuciones al arte y la arqueología de Mesoamérica”. Fue investigadora emérita de la UNAM (1995) e investigadora nacional emérita del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt (1996).

 

Beatriz Ramírez de la Fuente ingresó a El Colegio Nacional el 7 de mayo de 1985. Su discurso de ingreso “El arte prehispánico y la educación” fue contestado por Rubén Bonifaz Nuño.

 

Falleció el 20 junio de 2005 en la Ciudad de México.

Señor Presidente de El Colegio Nacional, Señor Rector de la Universidad Nacional
Autónoma de México, Señores miembros de El Colegio Nacional, Señoras y señores:

Al ocupar esta tribuna, desde la cual han impartido sus enseñanzas muchos de los maestros más distinguidos de México, siento el peso de un grave compromiso. Sé bien que otras personas con mayores logros académicos podrían estar ahora en mi lugar. Mis merecimientos no van más allá de mi devoción al estudio del legado artístico de nuestros antepasados indígenas, y mi convicción de que tal estudio es uno de los más claros medios de integración de una conciencia nacional.

 


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