●  El recuerdo es el ejercicio de la memoria para ausentar el olvido, en este sentido el teatro es fundamental: Oscar Narvaez.

● El actor, junto con el escritor, el poeta y el novelista tiene la responsabilidad de conocer su lengua, manejarla y defenderla: Luisa Huertas.

La colaboración entre El Colegio Nacional (ECN) y la Compañía Nacional de Teatro (CNT) se vio reflejada el día de ayer en la última representación de la temporada de El Diccionario. La función fue realizada en las instalaciones del ECN y fue coordinada por el miembro de dicha institución, Juan Villoro.

La bibliotecaria e investigadora María Moliner es el personaje principal de la obra dirigida por Enrique Singer y escrita por el dramaturgo español Manuel Calzada. Ubicada en la época de la Guerra Civil Española e inicios del franquismo, la obra cuenta la historia de dedicación y lucha que tuvo Moliner para terminar su obra máxima: el Diccionario de uso del español.

La actriz mexicana Luisa Huertas fue quien personificó a María Moliner y encarnó  los padecimientos de aterosclerosis cerebral que sufrió la filóloga española en sus últimos años de vida. Asimismo, la obra presenta la pasión de Moliner por querer perfeccionar su diccionario y los efectos negativos que implicó para las personas que la rodeaban y fueron representadas por los actores Óscar Narváez,  Eduardo Candás, Antonio Rojas y Roberto Soto.

Poco después de la presentación teatral se sentaron a charlar la actriz Luisa Huertas, el director de teatro Antonio Castro y los actores y miembros de la CNT, Oscar Narvaez y Arturo Beristain. A los pocos minutos se les sumó el director de la puesta en escena y director de la CNT, Enrique Singer. 

En su participación, Óscar Narváez hizo hincapié en que la misión del teatro es hacer que la sensibilidad de cada persona no se olvide de la palabra ni en el recuerdo. “En estos momento en los que está pasando nuestro país es importantísimo que la gente vaya al teatro porque el teatro nos construye, nos reconforta y nos redime”, sentenció Narváez.

Al contestar preguntas del público, los ponentes reflexionaron sobre la modificación del lenguaje a raíz de las nuevas tecnologías y lamentaron que se estuvieran perdiendo usos y palabras. Sin embargo, aceptaron que las nuevas tecnologías tienen aplicaciones útiles para la sociedad actual. “Hay que aceptar que en ciertos momentos, como en el temblor, estos elementos de tecnología son necesarios, pero no hay que olvidar que son solo herramientas”, dijo el actor Arturo Beristáin. 

Por último, Antonio Castro subrayó las semejanzas de violencia entre la realidad de la España que se representó en la obra y la que se vivió el fin de semana pasado en Cataluña. En este sentido, Luisa Huertas resaltó: “Esta función la dedico a mi país, a México, a los que ya no están y a la solidaridad de este pueblo. Pero también lo dedico a España”.