ECN | 10 noviembre 2017

Ciclo de cine-debate | Sociedad, política y orden constitucional | Cuartelazo

● Madero fue estigmatizado como débil, pero en realidad fue de una gran firmeza democrática, algo muy diferente a la firmeza autocrática: Diego Valadés.

●Cuartelazo es una película que retoma un episodio histórico de manera crítica, sobria y objetiva: José Antonio Valdés Peña.

El día de ayer, en las instalaciones de El Colegio Nacional (ECN) se pudo disfrutar de la novena sesión del ciclo de cine-debate Sociedad, política y orden constitucional, organizado por los miembros del ECN, Diego Valadés y Héctor Fix-Zamudio, y con la colaboración del director de la Cineteca Nacional, Alejandro Pelayo.

En esta ocasión, el cine-debate tuvo la participación del investigador cinematográfico, José Antonio Valdés Peña y fue moderada por el también jurista Diego Valadés. La película que se proyectó y discutió fue Cuartelazo, dirigida por el mexicano Alberto Isaac en 1977.

La película está ubicada en el periodo de la Decena Trágica y tiene como personajes principales al general Victoriano Huerta  y a Belisario Domínguez. En el filme se narra los hechos ocurridos al momento en que Huerta manda a asesinar al presidente Francisco I. Madero y  al vicepresidente José María Pino Suárez. Intercalados con los asesinatos, se ven detalles de la vida cotidiana de Huerta.

Antes de iniciar la función, el miembro de ECN hizo una contextualización de la Decena Trágica y, al relacionar el hecho histórico con la película, no dudo al decir que “el título de la película no podía ser más afortunado. Un cuartelazo significa, literalmente, un alzamiento militar en contra de las instituciones constitucionales y del poder político constituido. Eso fue lo que ocurrió entre el nueve y el 19 de febrero de 1913 y que podemos ver en la película”.

Por su parte, Valdés Peña puntualizó las cuestiones técnicas y dramáticas de la obra fílmica. “Cuartelazo es una película donde no hay secuencias de acción, no hay las grandes batallas revolucionarias, no hay el momento folklórico patriótico que uno podría esperar. Lo importante es el debate político, lo importante son las fuerzas que chocan y no tanto la espectacularidad”.

Al finalizar la proyección, Diego Valadés lanzó una primera reflexión al decir que “la película hace honor a ese debate intenso que se produce entre dos personas. Puede decirse que Belisario Dominguez representa la dignidad parlamentaria mexicana y Victoriano Huerta es todo lo contrario.” Posteriormente reflexionó sobre el papel que ha jugado el Congreso de la Unión a partir de la reforma política de 1977.

A su vez, el también crítico de cine, José Antonio Valdés Peña profundizó sobre el papel del director Alberto Isaac: “En sus obras siempre hay un gusto por el detalle curioso y que humaniza. Es la recreación de la historia de una manera diferente porque el mal cine histórico es el que nos pone a ver a dos figuras de cera a decir lo lo mismo que los libros de historia y es por eso la gente odia el cine histórico. Los detalles, como sucede en este caso, son los que humanizan”. 

Por último, y como respuesta a una pregunta del público, Valadés dijo que “la medalla Belisario Domínguez ha sido distorsionada no sólo en el caso de (Alberto) Baillères. Hay ocasiones en las que se la han dado a personas ya muertas con el fin de que no digan ningún discurso incómodo. Me parece que la han usado para lo contrario para la que fue pensada”.