Cuarteto mexicano | Teatro de los espejos: José Emilio Pacheco habla de Ramón López Velarde

● El ensayo literario, la crítica, es una forma encubierta de la autobiografía: Juan Villoro

● José Emilio Pacheco construyó para nosotros esta casa de la lectura donde podemos entender de manera viva a un escritor imprescindible y podemos llegar a los vericuetos de sus amores, sus rivalidades literarias, sus influencias, su pasión por la ciudad, por el terruño, por la suave patria: Juan Villoro

“Hoy iniciamos un pequeño curso de literatura mexicana”: con esas palabras el miembro de El Colegio Nacional (Colnal) Juan Villoro inauguró este martes el ciclo de conferencias Cuarteto mexicano, cuya primera sesión llevó por título Teatro de los espejos: José Emilio Pacheco habla de Ramón López Velarde.

Antes de iniciar la conferencia, el colegiado explicó que el objetivo del ciclo es analizar a cuatro autores —Ramón López Velarde, Elena Garro, Fernando del Paso y Juan José Arreola—, desde una perspectiva particular: “he buscado un ángulo un poco diferente que tiene que ver con ciertos elementos de teatralidad”. Tras especificar sucintamente cada uno de esos elementos de teatralidad que se pueden identificar en los escritores aludidos, concluyó que “son cuatro maneras de acercarnos a la literatura mexicana teniendo como hilo conductor estos elementos de teatralidad o dramaturgia”.

“El ensayo literario, la crítica, es una forma encubierta de la autobiografía”, expresó el escritor al introducir el tema de su conferencia que resumió en un par de interrogantes: “¿Qué nos dice José Emilio Pacheco a través de Ramón López Velarde y cómo, a lo largo del tiempo, se interesó en la obra del poeta zacatecano?”.

Para poner de relieve la trascendencia de Ramón López Velarde, “el poeta más y mejor leído de México”, Villoro hizo un recuento de lo que algunos próceres de la literatura habían dicho sobre el poeta; mencionó a José Luis Martínez, Juan José Arreola, Xavier Villaurrutia, Bernardo Ortiz de Montellano y a el también colegiado Gabriel Zaid. “Tenemos a un escritor que inspiró uno de los mejores ensayos de Octavio Paz, que ha sido comentado por Martha L. Canfield, que fue venerado por Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, y que fue traducido por Samuel Beckett”, sintetizó.

Seguidamente expuso algunas noticias biográficas entre las que mencionó las “3 o 4 novias” que no aceptaron casarse con el poeta, su muerte a los 33 años “sin tener una casa, sin tener un reloj, sin haber conocido el mar”.

Interpuso, en este punto de la conferencia, una amplia recomendación bibliográfica de Ramón López Velarde: La lumbre inmóvil, selección y epílogo de Marco Antonio Campos, en la que ponderó el trabajo recopilatorio y exegético de Campos, “uno de los mejores conocedores de la poesía mexicana”, pero echó de menos el “Diálogo de los muertos”, texto de ficción en el que José Emilio Pacheco recrea la conversación póstuma en torno a la posteridad entre Amado Nervo y Ramón López Velarde. “José Emilio Pacheco se retrata por partida doble en estos dos fantasmas que representan sus dos facetas como poeta: la que se propone ser popular y accesible a todos, y la que deja enigmas para los críticos especializados”.

Al hablar sobre la musa más importante de Ramón López Velarde, Margarita Quijano, “extraordinaria lectora, culta, maestra normalista”, el colegiado puso el acento en dos intervenciones claves de José Emilio Pacheco como crítico: por un lado, que fue él quien, tras entrevistar a Carlos Pellicer (amigo de López Velarde y compañero en su agonía), difundió en 1969 el nombre de la amada; por otro lado, la interpretación moderna que ve en la musa, no sólo un motivo de contemplación que suscita la inspiración del poeta, sino a la mujer erudita que, diez años mayor que el jerezano, hizo las veces de mentora y así tuvo un papel fundamental para su poesía.

Otro de los temas que tocó Villoro en la conferencia, fue el encono de cuatro décadas que Alfonso Reyes, miembro fundador del Colnal, tuvo hacia Ramón López Velarde, según se desprende de los comentarios que el regiomontano hizo en algunos textos. Villoro adjudicó al “vicio literario de nunca olvidarse de las malas reseñas” el origen de ese “rencor”, pues expuso que el poeta comentó El plano oblicuo de Reyes y escribió “lo prefiero fuera de la lírica”, entre otras cosas que presuntamente molestaron al autor de Visión de Anáhuac.

En la última parte de la conferencia, el colegiado ponderó la “Suave patria”, el poema más famoso de López Velarde, “que por ser muy leído, muy recitado, se presta a equívocos de interpretación”. Fue entonces cuando entretejió varias anécdotas que forman parte de la historia de su recepción, como aquella que quiere que el presidente Álvaro Obregón haya recitado de memoria el poema un día después de conocerlo, o aquella otra en la que Borges interroga a Paz sobre ciertos mexicanismos del poema, y dejó para el final la interpretación de José Emilio Pacheco que pone el énfasis en los aspectos femeninos que López Velarde destaca de la patria.

Para concluir su conferencia, Juan Villoro destacó la campaña que sostuvo José Emilio Pacheco para conservar la Casa del Poeta, donde murió Ramón López Velarde: “creo que legándole todos sus textos a Ramón López Velarde construyó, también, para nosotros otra casa. Esta casa de la lectura donde podemos entender de manera viva a un escritor imprescindible y podemos llegar a los vericuetos de sus amores, sus rivalidades literarias, sus influencias, su pasión por la ciudad, por el terruño, por la suave patria”.

Al final, en el tiempo dedicado al intercambio con el público, tanto los asistentes como el conferencista evocaron las biografías de otros poetas con finales trágicos como Rimbaud, Pushkin y Manuel Acuña.

La próxima sesión del ciclo Cuarteto mexicano se llevará a cabo el martes 18 de junio en las instalaciones del Colnal, Donceles 104, con la conferencia Teatro del tiempo: Elena Garro.

Puede consultar la actividad completa en el canal de YouTube de El Colegio Nacional:  https://www.youtube.com/watch?v=JwTYNmOBqe0