ECN | 14 agosto 2017
¿Qué hace única a la flora mexicana?
- Los jóvenes tienen un compromiso intelectual con el darwinismo: Antonio Lazcano Araujo
- Es importante conocer dónde están los linajes únicos para proponer estrategias de conservación: Victoria Sosa
Una vez más, el ciclo Los viernes de la evolución, coordinado por Antonio Lazcano Araujo y José Sarukhán, miembros de El Colegio Nacional (ECN), llenó el Aula Mayor de ECN con la conferencia ¿Qué hace única la flora mexicana? Su origen y distribución, impartida por Victoria Sosa, botánica e investigadora del Instituto Nacional de Ecología en la Universidad de Jalapa.
Recientemente se ha publicado la lista de plantas de México y se ha determinado que existen alrededor de 23500; con la información que tiene la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) pueden llegar hasta 24500 agrupadas en 2410 géneros.
La mayor parte de plantas endémicas de México pertenecen a la familia de las asteráceas, a la cual corresponden la dalia y el girasol, seguida por las familias de las angiospermas y las monocotiledóneas, de las cuales casi el 50% de las especies presentes en México son endémicas.
“Los patrones de riqueza de biodiversidad emergen de una combinación de procesos ecológicos y evolutivos” señaló la Victoria Sosa, “especiación, migración y extinción moldean los patrones de riqueza de especies”.
México es uno de los “puntos calientes” de biodiversidad en el mundo, ya que se encuentra en una zona de transición entre Norteamérica y Sudamérica, donde se sobrelapan las biotas neotropical y neártica y por tanto hay un gran intercambio de flora y de fauna.
Mencionando plantas domesticadas tan conocidas en el país como el maíz, el chile, el frijol o el cempasúchil, Sosa centró su charla en plantas y especies endémicas poco conocidas pero igual de importantes por formar parte de la singularidad de la flora de México, como las burseras o productoras de incienso.
Entre las herramientas usadas para estudiar la flora mexicana, la investigadora citó las filogenias, la filogeografía, el reloj molecular, la datación y la modelación de nicho ecológico, que se utilizan para obtener caracteres moleculares de ADN de especies, poblaciones e incluso fósiles, y así estudiar de forma precisa la relación de ancestros-descendientes y descubrir su origen, localización geográfica y cuales son sus parientes más cercanos.
Gracias a estas herramientas se ha podido determinar el origen de algunos géneros endémicos y los resultados de estas investigaciones han confirmado que la flora mexicana se originó en el mioceno y no siempre está relacionada exclusivamente con la flora neártica o la neotropical. En el caso del chiangiodendron, por ejemplo, con una especie de árboles que solamente se localizan en las selvas de Uxpanapa, el Ocote y en una localidad en Honduras, sus parientes más cercanos resultan ser asiáticos.
También se ha podido definir la antigüedad de algunas familias, que en algunos casos llegan a rebasar los 33 millones de años, como es el caso de las Hexalectris, un género que tiene asignadas once especies de orquídeas terrestres relacionadas a grupos antillanos y sudamericanos.
Sosa concluyó que parte de estos resultados se pueden aplicar para el aspecto de la conservación. “No es posible conservar todas las especies, pero se pueden seleccionar algunas”, decretó la botánica, “y estas justamente son los linajes únicos. Conocer dónde están estos linajes únicos para proponer estrategias de conservación es muy importante”.
Antonio Lazcano Araujo cerró la conferencia poniendo de relieve el gran éxito del ciclo Los viernes de la evolución entre los jóvenes universitarios. “Es muy alentador porque significa que los jóvenes están cada vez mejor preparados y que tienen un compromiso intelectual con el estudio de la diversidad y con el darwinismo”, concluyó el miembro de ECN.
Consulta la actividad completa en el canal de Youtube de El Colegio Nacional: https://www.youtube.com/watch?v=5oQRZblcNc4
