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En el marco del Día del Niño y la Niña, Juan Villoro leyó un libro para demócratas de seis años

En el marco del Día del Niño y la Niña, Juan Villoro leyó un libro para demócratas de seis años

mayo 2, 2024
Boletines Institución Juan Villoro Prensa
    • Juan Villoro, miembro de El Colegio Nacional, celebró el Día del Niño y de la Niña con una lectura en voz alta.
    • Eduardo España, Montserrat Marañón y Francisco Rubio participaron en la sesión, que también sirvió para festejar el Día Mundial del Libro.
    • El colegiado busca despertar la conciencia política de los futuros votantes y reflexiona que el acto de gobernar consiste en trabajar en equipo.

Juan Villoro, miembro de El Colegio Nacional, coordinó una celebración anticipada del Día de Niño y la Niña con una lectura dramatizada del libro El hámster del presidente (SM, 2018), en la que los pequeños asistentes interactuaron y aprendieron de manera divertida sobre el proceso democrático a seguir en una elección presidencial.

Esta lectura en atril contó con la participación de los actores Eduardo España, Montserrat Marañón y Francisco Rubio, que dieron vida a los personajes de este libro infantil editado dentro de la colección Barco de Vapor, así como del escritor Juan Villoro, como narrador principal.

Antes de dar comienzo a la lectura, Villoro se dirigió a los pequeños asistentes y sus acompañantes para apuntar que justo ahora en México “estamos en plena temporada electoral y esta obra es para demócratas de seis años que dentro de 12 años decidirán el destino de este país, así que es una obra sobre la democracia del futuro.”

Muy atentos, los niños y las niñas escucharon el cuento, mientras sostenían algunas pancartas con mensajes que más adelante revelarían su sentido y los haría interactuar con la historia.

“El presidente de la República usaba un abrigo lleno de bolsillos. Ahí guardaba todas las cosas que necesita alguien que debe gobernar: un silbato, para llamar la atención; las llaves de la cárcel, por si debía liberar a algún preso; caramelos, para endulzar las malas noticias; una cámara, para retratar a sus ciudadanos favoritos y un sándwich de jamón de pavo, por si le daba hambre durante las largas ceremonias a las que tenía que asistir. Nadie lo había visto sin esa ropa esencial: su abrigo”, con estos detalles Villoro arrancó la narración.

Si bien se especulaba que el abrigo tenía de 16 a 24 bolsillos, el número dejó de ser relevante al descubrirse que en uno de esos espacios el presidente llevaba nada más y nada menos que a su secretario particular: ¡un hámster!

Este detalle quedó al descubierto cuando un niño llamado Ruy se dio cuenta de la presencia del diminuto animal en uno de los bolsillos del presidente, pues se agitaba en forma nerviosa y latía como un corazón a la altura del estómago del gobernante. No aguantó la curiosidad y metió la mano de lleno para develar la existencia del hámster.

Se trataba de Genaro III, un hámster que, si bien era adorable, en ocasiones se comportaba caprichoso y gruñón. Su encomienda como ayudante directo del presidente consistía en apoyar a su amo en la toma de decisiones, pero su desempeño errático debido al cansancio comenzó a afectar el desempeño del presidente.

Cuando Genaro III salió de su escondite y se armó tal escándalo y confusión, el público rompió en risas porque el presidente pedía a todos recuperar a “su mascota oficial”.

El siguiente acto oficial en el que Genaro III fue errático en su comportamiento y saltó de su escondite, el presidente estaba tan furioso por el trato que recibió su travieso hámster, que mandó cerrar la fábrica de dulces Corazón de bombón y determinó la prohibición de las paletas y el chocolate.

“El pueblo siempre se había quejado del gobierno, pero no hacía nada al respecto. En vez de salir a la calle a defender sus derechos, se rascaba la panza y veía la televisión. Sin embargo, este tema fue demasiado”, continuó Villoro.

Al grito de “¡Chocolate, paletas y libertad!”, que grataron los actores en el escenario frente a la prohibición de dulces, el público levantó las pancartas y también la voz, imaginando que se encontraban en medio de una manifestación en las calles junto a cientos, miles o millones de personas. Este fue el momento en que las niñas y los niños del público empezaron una interacción lúdica y cercana con los hechos descritos por el elenco.

Villoro siguió la lectura exponiendo cómo el presidente no cedió frente al descontento de la sociedad, al contrario, prohibió más golosinas: los caramelos de miel, el helado de fresa, las galletas de mantequilla de cacahuate y las peritas de anís. Siguió con las nueces garapiñadas, los mazapanes, el coco rallado y los malvaviscos de todos los colores. Ante esto, los niños en la sala gritaban “¡No, no, no”!

Un país amargo

“Un país sin dulces es un país amargo”, aseguró el escritor, así que llegó el momento de elegir a un nuevo presidente. Aparecieron nuevos partidos políticos que prometían endulzar el futuro y permitir comer postres con libertad. Se organizaron debates por televisión con los candidatos que se empeñaron por demostrar de manera errónea que amaban los dulces, pues mostraban un apetito que solo los perjudicaba.

En este cuento, Juan Villoro busca despertar la conciencia política de los futuros votantes y reflexiona que el acto de gobernar consiste en trabajar en equipo… incluso con otros hámsters y cierra esta fábula con una moraleja: “Es bueno trabajar para alguien importante, pero es más importante trabajar para alguien bueno.”

Teresa Vicencio, secretaria administradora de El Colegio Nacional, fue la encargada de organizar la dramaturgia de este cuento junto a Juan Villoro, con quien comenzó a trabajar este proyecto años atrás. Al respecto, el autor agregó que “esta fue una generosa y muy creativa idea para incorporar a la gente dentro del ejercicio literario y democrático.”

En su oportunidad, Vicencio comentó que “no hay nada mejor que un niño que puede disfrutar de la lectura con una actividad como esta, gracias al trabajo de uno de nuestros colegiados, el maestro Juan Villoro, que lleva 10 años de haber ingresado a El Colegio Nacional y ha estado en este recinto impartiendo diferentes conferencias sobre literatura mexicana, entre otros temas.”

Al finalizar la presentación, los niños y las niñas subieron al escenario para tomarse una foto con el elenco y con Juan Villoro, que, de manera posterior, firmó libros a los asistentes.

El programa de actividades en el marco del Día del Niño y la Niña también contempló un taller de dibujo vinculado con la literatura con el artista plástico Alejandro García Lagarda (Pop Gore); además, hubo recorridos por El Colegio Nacional  para conocer mejor su arquitectura, así como visitas guiadas por la exposición “De La Enseñanza a El Colegio: Historia del edificio de El Colegio Nacio nal”, coordinada por el arquitecto Felipe Leal, que  cuenta la historia de lo que fuera el Convento de Santa Isabel, hoy convertida en esta sede de divulgación del conocimiento.

La lectura en voz alta estará disponible en las plataformas digitales de El Colegio Nacional:

YouTube: elcolegionacionalmx

Facebook: ColegioNacional.mx

Twitter: @ColegioNal­_mx

Correo de contacto: prensa@colnal.mx

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