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Fallecido

Salvador Elizondo

Artes y Letras
Escritor
Ingreso: 28 de abril de 1981

¿Existe un lugar más común que áquel en el que se manifiesta el espíritu de una lengua y se consuma el habla, ese lugar común que sólo a ser común debe su posibilidad y su existencia?

Escritor. Fundador de las revistas S.NOB y Nuevo Cine y colaborador de otras como Plural, Vuelta y Siempre!. Entre sus obras destacan Farabeuf o la crónica de un instante (1965), Narda o el verano (1966), El hipogeo secreto (1968), El retrato de Zoe y otras mentiras (1969) El grafógrafo (1972), Elsinore: un cuaderno (1988), Teoría del infierno (1992) y Estanquillo (1993). Sus libros se han traducido al inglés, al italiano y al alemán. Premio Xavier Villaurrutia 1965, Premio Nacional de Ciencias y Artes 1990. Ingresó a El Colegio Nacional el 28 de abril de 1981.

 

Teresa Morán. Retrato de Salvador Elizondo, 1997. Óleo sobre tela.

90 x 70 cm. Colección: El Colegio Nacional. Fotografía: Javier Hinojosa


Salvador Elizondo Alcalde nació el 19 de diciembre de 1932. Estudió en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y en las universidades de Ottawa, Perugia, París y Cambridge, así como en las escuelas Nacional de Artes Plásticas y La Esmeralda de la Ciudad de México. Fue becario fundador del Centro de Estudios Orientales del Colegio de México, en donde realizó estudios de lengua china.

También fue becario de otras instituciones, incluyendo la Fundación Ford para proseguir estudios en Nueva York y en San Francisco, el Centro Mexicano de Escritores (1963-64) y la Fundación Guggenheim (1968-69). Fue miembro de la Academia de la Lengua desde 1976. Impartió cátedras en la UNAM desde 1964, en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, en la Escuela para Extranjeros y en la Facultad de Filosofía y Letras. También fue jurado en los premios Xavier Villaurrutia y Rómulo Gallegos.

Escribió obras de poesía, ficción y ensayo literario, entre las que cabe mencionar las siguientes: Poemas (1960), Luchino Visconti (1963), Farabeuf o la crónica de un instante (1965), Narda o el verano (1966), Autobiografía (1966), El hipogeo secreto (1968), Cuaderno de escritura (1969), El retrato de Zoe y otras mentiras (1969), El grafógrafo (1972), Contextos (1973), Museo poético (1974), Antología personal (1974), Camera lucida (1982), Elsinore: un cuaderno (1988), Teoría del infierno (1992) y Estanquillo (1993). En 1997 colaboró en la edición de El cuervo, de Edgar Allan Poe, en la traducción de Enrique González Martínez, misma que incluye ensayos complementarios y las versiones en francés de Baudelaire y Mallarmé. También incursionó en el cine: su película Apocalipsis 1900 es de 1965. Fue colaborador de los principales suplementos culturales de su época, incluyendo las revistas S.NOB y Nuevo Cine, de las que fue cofundador.

Por otro lado, su producción académica abarcó traducciones de poemas, ensayos y reflexiones literarias de lenguas como el alemán, inglés, italiano y francés. Dio un gran número de conferencias en diversas instituciones culturales de México y del extranjero. Sus libros se han traducido al inglés, al francés, al polaco, al portugués, al italiano y al alemán y han recibido el elogio y el estudio de autores tanto nacionales, como de otros países. En 1965 recibió el Premio Xavier Villaurrutia por Farabeuf y el Premio Nacional de Literatura en 1990.

Salvador Elizondo ingresó a El Colegio Nacional el 28 de abril de 1981. Su lección inaugural, Ida y vuelta: Joyce y Conrad, fue contestado por Ramón Xirau. El maestro Salvador Elizondo murió en la Ciudad de México el miércoles 29 de marzo de 2006.

Ida y vuelta: Joyce y Conrad

Hace muchos años leí un cuento de Henry James que me dio la pauta inicial de un interés que desde entonces he seguido cultivando hasta haberlo convertido en un prejuicio. El cuento trataba de una muchacha de Boston que sueña con ir a París. Para realizar su sueño se emplea como dama de compañía de una anciana rica. Largos años trabaja hasta que reúne la suma necesaria y emprende el viaje. Un hermano “artista” que vive en París desde mucho tiempo antes va a recibirla al Havre. Antes de seguir a París van a merendar a una pastelería. El hermano le hace un relato patético de su experiencia que culmina, claro está, con una apremiante petición de dinero para saldar una deuda “de honor”. La muchacha se ve obligada, al día siguiente, a embarcarse rumbo a Boston en el mismo vapor que la ha traído al Havre.

 


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