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EL ARTE ES UN ELEMENTO QUE RELIGA A LAS PERSONAS, LAS INTEGRA: FELIPE LEAL

EL ARTE ES UN ELEMENTO QUE RELIGA A LAS PERSONAS, LAS INTEGRA: FELIPE LEAL

mayo 25, 2023
Boletines Comunicados Felipe Leal Institución Prensa
        • Se llevó a cabo la Mesa “Arte urbano”, como parte del ciclo La arquitectura y las artes, coordinado por Felipe Leal, miembro de El Colegio Nacional. 
        • Durante la sesión se contó con la participación de Said Dokins, Libre Gutiérrez, María José Romero y Jorge Tellaeche.   
        • Debemos valorar nuestros espacios públicos como lugares de expresión creativa”, destacó el colegiado. 

¿Cómo conocemos las ciudades? ¿Qué nos moviliza a conocerlas? ¿Qué recordamos de ellas? ¿Sus monumentos o sus museos? ¿Somos ajenos a ella o vivimos la ciudad como una experiencia estética? Todas fueron preguntas que se planteó Felipe Leal, miembro de El Colegio Nacional, y coordinador del ciclo La arquitectura y las artes. 

Celebrada de manera presencial en el Aula Mayor y transmitida a través de las redes sociales de la institución, el arquitecto ofreció una respuesta a esas interrogantes: “más bien la vivimos como una experiencia estética”, señaló previó a la participación de los artistas Said Dokins, Libre Gutiérrez, María José Romero y Jorge Tellaeche, protagonistas de la mesa “Arte urbano”. 

Pensar y reconfigurar la ciudad desde el arte implica una serie de procesos, desde la investigación de sus territorios, las características de sus habitantes, los entornos socio culturales y sus formas de relación, al grado de que en la actualidad se experimenta la proliferación de intervenciones artísticas de gran escala que apuestan por la ciudad, “nos vemos enfrentados en el espacio público”, aunque también buscamos saber “qué efectos tiene en nuestra cotidianidad”, reconoció el especialista. 

“En ciudades como Nueva York, el acceso al arte público es un privilegio cultural innato para los neoyorquinos, forma parte de su cotidianidad: diario aparecen experiencias de diversa índole y el arte público es un paisaje integral, ocupando plazas, callejones y terrazas, no únicamente la superficie”. 

Desde la perspectiva de Felipe Leal, una de las principales razones para crear arte público, tan importante para todos, es su capacidad de renovar nuestro sentido de pertenencia y comunidad: hoy el arte es un elemento que religa a las personas, las integra, por lo que el arte debe ser accesible y “debemos valorar nuestros espacios públicos como lugares de expresión creativa”. 

“El arte es parte fundamental de la ciudad, una manera de crear nuevos recorridos, formas de vida que nos llevan a identificar espacios y momentos únicos que se viven en ella: el arte no sólo habita en los espacios cerrados, contenidos, sino también en las calles, los muros, edificios y elementos que conforman a la ciudad”. 

De esta manera, comentó el colegiado, el espacio público termina por dialogar con la expresión artística y con las personas o con los mismos barrios, al ser mundos que se relacionan y crean nuevos modos de comunidad, dentro de una cultura que está atenta a comprender nuestros contextos y manifestaciones. 

Miradas múltiples 

Alfredo “Libre” Gutiérrez es arquitecto de profesión, pero su acercamiento a la disciplina se dio a través del arte y del arte urbano, en parte como consecuencia de su admiración temprana por el grafiti, viendo a los muros como una oportunidad para plasmar una idea, un mensaje o un momento. 

Cuando salió de la preparatoria, entró al universo de la arquitectura, porque en Tijuana no existía una escuela de artes: amaba la arquitectura, pero no tanto como el arte plástico. Sin embargo, su contacto con la arquitectura lo condujo a uno de los maestros que le impactó desde temprana edad: José Clemente Orozco, en especial su obra en el Hospicio Cabañas, donde “sorprende la manera en que resolvió los espacios para plasmar sus frescos”. 

“Observar cómo Orozco resolvió el mural de El hombre en llamas en la cúpula es de las cosas más bellas que uno puede presenciar, como observar una danza entre la plástica y la arquitectura; incluso, después de ver esto pensé que todo se puede intervenir, aprovechando la forma del espacio”. 

Otro de los maestros que se convirtió en su referente fue David Alfaro Siqueiros: ver sus trazos en los muros, sus análisis de la perspectiva y los puntos de vista donde el observador va a apreciar al muro, “definitivamente es una aportación que, hasta el momento, aplicamos muchos artistas urbanos”, aseguró Libre Gutiérrez, para quien toda su narrativa “convierte a cada muro en una clase”. 

“Mi acercamiento al muralismo es como arquitecto, tratando de resolver espacios, haciéndolo lo más funcional posible. En un principio me rehusaba a la arquitectura pensando que sólo soy artista, pero ya en la universidad se generó un proceso que aplico cada vez que tengo un proyecto”. 

Said Dokins, quien obtuvo el Premio Iberoamericano de Creación Artística Contemporánea, reflexionó en torno a una realidad urbana: el desecho, visto desde diferentes perspectivas, con la idea de “patrimonializar al desecho, una pregunta que me he hecho desde hace mucho, sobre todo a partir de la investigación sobre patrimonio y grafiti”. 

“Hay que recordar que el grafiti es este espacio de suspensión de la normatividad, el espacio que transgrede el gnomo de la ciudad y cuál es este: la arquitectura, el urbanismo, donde se crean reglas específicas sobre dónde puedes pasar, hacia dónde tienes que ir”. 

Dentro de todo esto, ¿por qué demonios queremos conservar estas prácticas efímeras?, se preguntó el artista, porque a su parecer estamos ante un panorama “medio denso” en el arte urbano, donde tenemos procesos de gentrificación y, a través de estas piezas, se incrementa el valor de muchos lugares o regiones de las grandes ciudades. 

Ante esto, aún hay discusiones actuales porque no hay nada resuelto, en términos políticos y sociales. Como es el caso de un grupo de artistas en Sicilia, Italia, que encontró una serie de edificaciones inconclusas, en el abandono, muchas veces debido a la corrupción y para justificarlo, lo categorizaron como el estilo moderno italiano por excelencia, el cual se tendría que patrimonializar: así, están luchando por reconocer, desde el error, lo que es nuestra herencia cultural, en este caso basada en la corrupción. 

Más allá del arte urbano 

Convencido de que a nivel social y por todos los cambios que genera su trabajo, el arte urbano llega a ser muy importante porque activa espacios y crea diferentes energías. Jorge Tellaeche estudió diseño gráfico y terminó por enamorarse del arte urbano y de hacer murales, en particular “por la interacción social”. 

“Me gustó muchísimo el que me obligara no solamente a estar en mi estudio y hacer algo que, para mí, era importante, sino realmente lo tenía que adaptar a la arquitectura del lugar, a la iluminación del lugar y después a la textura del muro, ver cómo los materiales absorben o rechazan a la pintura, pero también me obligaba a generar trabajos diferentes, a poner mi propia energía en constante movimiento”. 

Lo anterior porque le resulta complicado ver el trabajo de un artista que es exactamente igual por mucho más que cinco, 10 o 20 años: ver la repetición de la misma creación, cuando somos una sociedad que está tan influida de redes sociales, “de lo que escuchamos, de lo que vivimos, ya sea violencia o cosas positivas, un constante cambio que quiero reflejar en mi trabajo”. 

“Lo prehispánico lo tomé porque sentía una liberación, un cierto humor que me causaba felicidad. No se trata necesariamente de la simbología de las formas, sino de agarrarlo y desarrollarlo, y ponerle otro tipo de significado; después me encantó la idea de hacer mi representación sobre lo que la gente va a encontrar en 500 años”. 

Una narrativa que lo llevó no sólo a pintar, sino a crear objetos, a diseñar joyería, muebles, con la responsabilidad de reflexionar quiénes somos nosotros en medio de este recorrido, entre el pasado y el futuro, como algo “robótico-prehispánico”, destacó Jorge Tellaeche.   

Al tomar la palabra, María José Romero definió a la pintura como una dimensión, no como un arte aplicado, cuyo ejercicio de creación termina por llevarla a descubrir procesos catárticos y “valores no lingüísticos que desafían mi interés y me instan a buscar un lenguaje anímico y gestual: mi pintura no busca retratar nada, persigue la materialización de códigos sensoriales y el registro de estados impulsivos”. 

Bajo esta perspectiva, la artista mostró una serie de imágenes sueltas en su obra, con cierta velocidad para poner atención en el recorrido, el ritmo: “es un fluido constante y este se escapó del bastidor para entrar en un espacio público”, todo bajo la idea de invitar a sacar a “ese niño que todos llevamos dentro”. 

“Siempre he pensado que el artista, cuando crea, accede a ese niño interior, se pasea y divaga en un espacio de asombro; ya bien lo decía Baudelaire, adaptándolo a lo que le estamos tocando: ‘el arte no es más que la infancia recuperada a voluntad’, así que jugando encontré un nuevo camino y a este camino decidí llamarlo Flow: pintura abstracta que se escapa del bastidor para entrar en el territorio de un espacio arquitectónico, hecho para el deporte”. 

Así fue como participó en el diseño de un Skate Park, ubicado en uno de los jardines del Parque Papagayo, en Acapulco, “el trazo de una línea en el espacio, mi caligrafía personal”, enfatizó María José Romero, quien siempre ha entendido la línea como una fuerza expresiva, un elemento de la composición que no sólo está en función de una narrativa, sino “tiene vida propia”, lo que termina reflejándose en Flow. 

La Mesa “Arte urbano”, como parte del ciclo La arquitectura y las artes, coordinado por Felipe Leal, miembro de El Colegio Nacional, se encuentra disponible en las redes sociales de esta institución:

Página web: www.colnal.mx

Youtube: elcolegionacionalmx

Facebook: ColegioNacional.mx

Twitter: @ColegioNal­_mx

Correo de contacto: prensa@colnal.mx

 

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