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Síntesis Informativa – Evolución del izcuintle

Síntesis Informativa – Evolución del izcuintle

noviembre 22, 2018
Boletines Institución

 

ECN | 20 noviembre 2018

Los viernes de la evolución | Evolución del izcuintle | Mesa redonda 

  • Una de las cosas que vino de Europa durante la colonización fue el ganado, y con él, los perros de pastoreo, así que vemos mucho de ellos en las razas de América: Heidi Parker
  • La genética mendeliana se refleja perfectamente en los patrones de herencia del Xoloizcuintle: Raúl Valadez
  • La discusión genética acerca del Xoloizcuintle es un tema de interés desde muchas ópticas: desde la biológica y evolutiva, pasando por la social, la arqueológica y antropológica, ya que es una raza profundamente arraigada en las culturas mesoamericanas: Antonio Lazcano

El viernes pasado El Colegio Nacional albergó la mesa redonda La evolución del izcuintle, como parte del ciclo Los viernes de la evolución, coordinado por los miembros Antonio Lazcano y José Sarukhán. La mesa contó con la participación de los investigadores Heidi Parker, del National Institutes of Health, y Raúl Valadez, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM.

El colegiado Antonio Lazcano, quien fungió como moderador de la mesa, valoró que la discusión genética acerca del Xoloizcuintle “es un tema que nos interesa desde muchas ópticas: desde la biológica y evolutiva, pasando por la social, la arqueológica y antropológica, ya que es una raza profundamente arraigada en las culturas mesoamericanas”.

Inició la discusión Heidi Parker, quien remarcó la importancia de estudiar la genética de los perros domésticos por su proximidad con el ser humano, ya que es una especie con la que realizamos numerosas interacciones y comparte nuestro modo de vida en términos de alimentación, longevidad y factores del ambiente a los que está expuesta, entre otros.

En la actualidad existen más de 350 razas modernas, algunas únicas de una sola región. Tal como ha indicado Parker, durante la última década su equipo se ha dedicado a investigar cuál es el origen de estas razas para “tratar de entender qué significa pertenecer a una raza a nivel genómico y si hay algo en los genes que define las razas”.

Combinando análisis de intercambio de haplotipos genéticos, migración y genoma completo, el equipo de la doctora Parker ha descubierto patrones geográficos de desarrollo y orígenes independientes de rasgos comunes. Los estudios elaborados revelan las complejidades del desarrollo de las razas, resolviendo antiguos interrogantes sobre el origen de la raza individual y el efecto de la migración en razas geográficamente distintas.

En el caso de las razas desarrolladas en América, solo hay algunas que tienen una historia enraizada en el continente, como es el caso del Viringo peruano y el Xoloizcuintle, entre otras, aunque comparten haplotipos con razas de pastoreo europeas por el intercambio ocurrido durante la colonización. “Una de las cosas que vino de Europa fue el ganado y con él, los perros de pastoreo, así que vemos mucho de ellos en las razas de América”, detalló Parker. Para ilustrar su disertación, la investigadora puso el ejemplo de los perros que trajeron los inmigrantes escoceses a la Patagonia durante el siglo XIX, y que posiblemente son ancestros de los actuales Border collies y los pastores Shetland.

En colaboración con investigadores de varias universidades a nivel internacional, entre ellas Oxford y  New Mexico State University, la bióloga ha iniciado el estudio arqueológico de restos antiguos de perros de América que ha demostrado que los canes llegaron al continente hace aproximadamente 10 mil años, con los primeros grupos migratorios humanos. Parker espera que esta línea de investigación aporte  una mayor comprensión sobre el desarrollo temprano de razas americanas. 

A continuación tomó la palabra el investigador Raúl Valadez, quien profundizó en la historia biológica/genética del Xoloizcuintle, una raza a la que ha dedicado 30 años de investigación. Valadez explicó que en América, el Canis lupus familiaris derivó en numerosas razas, pero el Xoloizcuintle es la única cuya historia inicia en el interior de la civilización mesoamericana y llega hasta el presente.

Los principales rasgos del Xoloizcuintle son la atriquia (alopecia) y la dentición permanente incompleta y morfológicamente sencilla y simple. El término médico de esta condición es displasia ectodérmica autosómica dominante, y en una camada de esta raza siempre habrá ejemplares que la presentan y otros que no, sin niveles intermedios, ya que su composición genética impide la formación de homocigotos dominantes, y por tanto, el nacimiento de ejemplares “puros”. Todos los perros de la camada, pelones y no, son portadores de los mismos genes. “La genética mendeliana se refleja perfectamente en los patrones de herencia del Xoloizcuintle”, puntualizó el investigador.

Un estudio de biología molecular de 2010 demostró que todos los perros pelones del mundo derivan de un ancestro común, el cual sufrió una mutación en un gen del cromosoma 17, consistente en la duplicación de la secuencia de siete bases nitrogenadas que impiden la formación de una proteína fundamental durante el desarrollo del ectodermo, dando como resultado que este no progrese de forma normal.

El investigador también compartió los resultados de las investigaciones arqueológicas llevadas a cabo, en cuyo contexto el Xoloizcuintle es solo reconocible por el aspecto dental, sobretodo por la ausencia de piezas dentales, principalmente premolares. En tiempos prehispánicos, esta raza estaba asociada a contextos muy variados, desde los ceremoniales, rituales y funerarios, hasta domésticos e incluso como rellenos constructivos. Desde el punto de vista del uso que se les daba, no había una distinción relevante con el resto de razas.

En 1993 se descubrieron en la ciudad arqueológica de Tula (Hidalgo) los primerps Xoloinzcuintle arequozoológicos. Se trataba de un grupo formado por dos adultos y tres crías que aparecieron como compañeros de difuntos, junto con ejemplares de otras razas, en entierros ocurridos en el siglo VII d.C. Se determinó que los individuos enterrados formaban parte de grupos de migrantes provenientes de poniente. Desde entonces, los estudios arqueozoológicos han determinado que los perros pelones mexicanos aparecieron hace dos mil años en el occidente del país, y que para el siglo XV ya se encontraban en el norte de Argentina. “La reconstrucción de la dispersión de esta raza al paso de dos mil años, lo convierte en un buen elemento para reconocer procesos migratorios y de interacción entre culturas”, finalizó valorando Valadez.

El próximo viernes 7 de diciembre tendrá lugar la última sesión del año del ciclo Los viernes de la evolución. Para esta ocasión, El Colegio Nacional contará con la presencia de Peter y Rosemary Grant, de la Universidad de Princenton, dos científicos legendarios en el estudio de la evolución. 

Puede consultar la actividad completa en el canal de YouTube de El Colegio Nacional: https://www.youtube.com/watch?v=jId9xlFYxIc

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