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TENEMOS IGUAL O MÁS MICROORGANISMOS EN EL CUERPO QUE CÉLULAS: ALEJANDRO FRANK

TENEMOS IGUAL O MÁS MICROORGANISMOS EN EL CUERPO QUE CÉLULAS: ALEJANDRO FRANK

junio 15, 2023
Alejandro Frank Boletines Comunicados Institución Prensa
        • No somos un árbol, somos un bosque fue el nombre de la conferencia que impartió el colegiado Alejandro Frank, en la ENES Morelia, como parte del ciclo El Colegio Nacional en la UNAM Morelia 2023. 
        • El físico mexicano se refirió al microbioma, microorganismos que habitan el cuerpo de los seres humanos y juegan un papel importante en las características fisiológicas, las enfermedades y la evolución de la especie.  
        • “Dependiendo del microbioma, podemos enfermar o no de Parkinson, de Alzheimer y de otros padecimientos. El microbioma afecta la capacidad de pensar”, sostuvo el científico.
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“La microbiota humana comprende aproximadamente más de un millón de millones de microbios que están sobre y dentro de nuestro cuerpo, lo que es increíble, porque es un número parecido al de nuestros genes. Tenemos igual o más microorganismos en el cuerpo que células”, expuso el colegiado Alejandro Frank en la conferencia No somos un árbol, somos un bosque, impartida en la Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad Morelia, como parte del ciclo El Colegio Nacional en la UNAM Morelia 2023. 

Explicó que el ser humano es parte del ecosistema gigante del planeta, pero también es habitado por un ecosistema interior del organismo descubierto en el Siglo XXI, la microbiota, que se refiere la “comunidad de microorganismos dentro o sobre nuestro cuerpo e incluye bacterias, virus y seres microscópicos. El microbioma es el conjunto éstos, de sus genomas y del tipo de interacciones que tienen con el huésped”.  

De acuerdo con el físico mexicano, fue gracias a una nueva técnica genómica desarrollada a inicios del Siglo que se descubrió la existencia de millones de millones de bacterias que viven con los seres humanos y que abrieron la puerta al universo interior del organismo. “Estos microorganismos habitan todas las partes del cuerpo, sobre los ojos, por ejemplo, hay grandes cantidades que ayudan a que funcionen bien los lagrimales y, en general, están en la boca, los oídos o las huellas digitales que tienen microbiomas únicos y permiten identificar a los individuos”. 

Aunque se ha generado el concepto de Holobionte para describir esta interacción, el doctor Frank prefiere llamarla Ecología interna del organismo, que se refiere al bosque interior que tienen los seres humanos, es decir, al conjunto hospedero-microorganismos visto como una sola entidad sujeta a la selección evolutiva, “esos microorganismos tienen funciones, afectan a la salud, algunos son peligrosos y otros no, igual que un bosque con especies peligrosas y beneficiosas. Es una combinación”. 

El colegiado explicó que sistemas como el inmunológico y el digestivo están mediados, en parte, por el microbioma y este conjunto de microorganismos sorprendentemente también afecta el pensamiento y el cerebro, porque “dependiendo del microbioma podemos enfermar o no de Parkinson, de Alzheimer y de otros padecimientos. No es cierto que la higiene excesiva sea tan buena, porque se podría afectar al sistema inmune y esto se debe a que los microrganismos benéficos producen compuestos que son detectados por el sistema inmune y lo mantienen activo constantemente”. 

Puntualizó que estos microorganismos son la familia, los tatarabuelos, de los seres humanos y en los últimos 23 años, el cuerpo se ha tenido que visualizar como todo un zoológico, “la ciencia ha cambiado y la gente no sólo estudia cada órgano, sino investiga el microbioma para entender su compleja red de interacciones”. 

Detalló que la microbiota afecta características fisiológicas de los organismos, es decir, indica el funcionamiento de órganos como el corazón o el hígado, “sin esos microorganismos nos moriríamos de hambre, nos ayudan a digerir lo que consumimos. El microbioma regula la acumulación de grasa, de densidad ósea, protege contra heridas en tejido epitelial, resiste a patógenos, desarrolla entrenamiento del sistema inmunológico, interviene en la degradación y digestión de alimentos, en el metabolismo de fármacos y en la formación de venas”.  

De acuerdo con el fundador del Centro de Ciencias de la Complejidad (C3) de la UNAM, se ha calculado que cada persona emite un millón de partículas a su alrededor por hora, lo que significa que comparte microbioma volátil con el vecino. “El microbioma cambia con la edad, lo que cambia muchas funciones, el efecto en el envejecimiento es un factor que se tiene que estudiar”.  

Sostuvo que la microbiota y los seres multicelulares han evolucionado juntos por millones de años, “dependen de nosotros y nosotros de ellos”, es un nuevo paradigma, la Tierra y sus organismos son comunidades simbióticas y complejas que albergan a múltiples elementos. “Esto cambia la concepción de lo que constituye un organismo individual y un sistema vivo, que se acerca más a un ecosistema complejo. Hemos hecho teorías de redes, modelos matemáticos que nos han ayudado a entender cómo funcionan estos modelos. Hemos demostrado cómo estas redes microbianas ejercen tareas”. 

En palabras del científico, también existe un equilibrio en la salud de la microbiota que depende de la dieta y de factores como la genética y epigenética. De no cuidarse se puede desarrollar disbiosis, una alteración en la composición de los organismos que habitan la piel y tapizan el interior de los intestinos, “es la palabra para decir se me descompuso el microbioma”. El uso de antibióticos en la industria alimenticia, por ejemplo, provoca desbalance en la microbiota y marca una clara tendencia al aumento de peso. “Tenemos que dejar de utilizar así los antibióticos”. 

“Hay cien trillones de microbios viviendo dentro de nosotros”, aseveró el colegiado y comentó que los seres humanos tendrán que caminar hacia una dieta personalizada. Incluso, se espera que se alimente a los microbiomas con probióticos para prevenir la obesidad y la diabetes, el Parkinson o el cáncer. “No somos individuos, sino complejas comunidades genéticas que interactúan entre sí y con las comunidades exteriores, no somos un árbol, somos un bosque”, finalizó.   

La conferencia No somos un árbol, somos un bosque, impartida por Alejandro Frank, miembro de El Colegio Nacional, en la ENES Morelia, se puede ver en la página de Facebook: UNAM Centro Cultural Morelia. 

Página web: www.colnal.mx

Youtube: elcolegionacionalmx

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