Scroll to top
Inicio / Nuestros Integrantes / Teodoro González de León
Fallecido

Teodoro González de León

Artes y Letras
Arquitecto
Ingreso: 28 de octubre de 1989

Las ciudades se deben al azar, el diseño, el tiempo y la memoria.

Arquitecto, urbanista, escultor y pintor. Su obra arquitectónica contribuyó a definir el tejido urbano de gran parte del país durante la segunda mitad del siglo XX. Trabajó en el taller de Le Corbusier, donde participó en la supervisión de la Unidad de Habitación de Marsella y la planta de Manufacturas de St. Dié, Francia. Autor del edifico del Fondo de Cultura Económica, en Tlalpan (1990-1992); la remodelación de El Colegio Nacional (1993-1994); el conjunto urbano Reforma 222 (2001-2008) y el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC). Recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes 1982 y la Medalla de Bellas Artes 2012. Miembro honorario del American Institute of Architects, EUA (1983), y creador emérito del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fonca.

 

Roberto Rébora. Retrato de Teodoro González de León, 2004. Óleo sobre tela.

93 x 80 cm. Colección: El Colegio Nacional. Fotografía: Javier Hinojosa


Nació en la Ciudad de México el 29 de mayo de 1926. Se graduó de arquitecto en la Escuela Nacional de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde fue alumno de José Villagrán, Federico Mariscal y Mario Pani, entre otros.

 

Arquitecto, urbanista, escultor y pintor. Su obra arquitectónica contribuyó a definir el tejido urbano de gran parte del país durante la segunda mitad del siglo XX. Su obra pública se caracteriza por la monumentalidad, la contundencia y el uso del concreto aparente como único material.

 

Durante sus años de estudiante colaboró en el despacho de Mario Pani y participó en un concurso interno de la Escuela de Nacional de Arquitectura, junto con sus compañeros Armando Franco y Enrique Molinar, para la creación de la Ciudad Universitaria, su anteproyecto resultó ganador y de gran influencia en el plan maestro que llevaron a cabo Pani y Enrique del Moral, encargados de la dirección del proyecto final (1946). En 1947 obtuvo una beca por parte de gobierno francés que le permitió trabajar en el taller de Le Corbusier, donde participó en la supervisión de la Unidad de Habitación de Marsella y la planta de Manufacturas de St. Dié, Francia; asimismo, se relacionó con el grupo de los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna (CIAM).

 

A su regreso a México realizó la Casa Catán, en Reforma 2135 (1950-1953); el conjunto de vivienda popular en Barra de Navidad, Jalisco (1957-1958); la Unidad José Clemente Orozco en Guadalajara, Jalisco (1957-1959); la Unidad de Habitación y Servicios Sociales del IMSS, en Ciudad Sahagún, Hidalgo (1961-1962); la Escuela de Derecho en la Universidad de Tamaulipas (1966-1967); la casa del pintor José Luis Cuevas (1968), por mencionar algunos proyectos.

 

Entre sus obras más importantes destacan el Palacio de Justicia Federal (1987-1992); el edificio del Fondo de Cultura Económica, en Tlalpan (1990-1992); el Museo de sitio en la Zona Arqueológica de Tajín, Veracruz (1991-1992); la remodelación de El Colegio Nacional (1993-1994); la Escuela Superior de Música del Centro Nacional de las Artes (1993-1994); la Sala Mexicana en el Museo Británico (1993-1994), la remodelación del Museo Nacional de Arte Popular en el antiguo Edificio de Bomberos (2001-2006); el conjunto urbano Reforma 222 (2001-2008); la remodelación del Centro Cultural Bella Época, antiguo Cine Lido (2004-2006); y el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), en el Centro Cultural Universitario de la UNAM (2005-2008). En colaboración con Abraham Zabludovsky y otros arquitectos creó: la delegación Cuauhtémoc (1972-1973), la Embajada de México en Brasil (1972-1976), las oficinas centrales de Infonavit (1974-1975), El Colegio de México (1974-1976), la renovación del Auditorio Nacional (1976), la Universidad Pedagógica Nacional (1979-1981), el Museo Rufino Tamayo (1981), la unidad de servicios culturales y turísticos Chichén Itzá, Yucatán (1985-1987), la Embajada de México en Guatemala (1994-2003), la Embajada de México en Berlín (1997-2000) y el conjunto Arcos-Bosques Corporativo (1990-2009).

 

Participó en varias exposiciones, tanto individuales como colectivas, en las cuales exhibió su obra pictórica, arquitectónica y escultórica. En México, en la Casa de Cultura de Monterrey, el Instituto Cabañas en Guadalajara, el Palacio de Bellas Artes, Casa Lamm, el Antiguo Colegio de San Ildefonso, el Museo Franz Mayer y el Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo. En el extranjero, en el Museo de Arte Moderno, Nueva York (1979); el Southern California Institute of Architecture, Los Ángeles, California (1981); la Internationale Bauausstellung Berlin (1982); el Pratt Institute, Nueva York (1983), el Museo de Navarra, España (1998); el Teatrom Yerushalaim, Jersusalem, Israel (1999), el Museo Nacional de Arte de China (2006), entre otros.

 

Colaboró en revistas como Vuelta, la Gaceta del Fondo de Cultura Económica, Revista de Arquitectura, Cuadernos Hispanoamericanos, Diálogos, Revista de la Universidad de México y Letras Libres. Impartió cátedra en el Pratt Institute, Nueva York (1983) y en la Facultad de Arquitectura de la UNAM, dictó la Cátedra Extraordinaria Federico E. Mariscal (1991).

 

Recibió numerosos premios y reconocimientos, entre los que destacan, el Premio Nacional de Ciencias y Artes 1982; el Gran Premio de la Academia Internacional de Arquitectura La Esfera de Cristal 1989; la Medalla de Oro a la Ampliación de las Oficinas Centrales de Banamex en la II Bienal de Arquitectura Mexicana 1992; el Gran Premio en la VII Trienal Internacional de Arquitectura 1994, otorgado por la Academia Internacional de Arquitectura, Sofía, Bulgaria; Gran Premio de la Bienal Internacional de Arquitectura de Brasil 1994, por el conjunto de obras realizadas; el Premio a la Trayectoria Profesional de V Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo 2006, en Montevideo, Uruguay; la Medalla de Oro de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) 2008, otorgada en el XXIII Congreso de la UIA, en Turín Italia; el Premio Nacional de Arquitectura 2010 de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México, A. C; la Medalla de Bellas Artes 2012, Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA); Lifetime Achievement Award 2014, del Urban Land Institute.

 

Fue nombrado académico emérito de la Academia Nacional de Arquitectura, de la Sociedad de Arquitectos Mexicanos, A.C. (1978); miembro honorario del American Institute of Architects, Estados Unidos (1983); miembro de número de la Academia de Artes, de México (1984); creador emérito Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fonca (1993); miembro de la Academia Internacional de Arquitectura, Sofía, Bulgaria (1994). Doctor honoris causa por la UNAM (2001); la Universidad Ricardo Palma, Lima, Perú (2006); la Universidad Autónoma Metropolitana (2013) y la Universidad Nacional de la Plata, Argentina (2014).

 

Teodoro González de León ingresó a El Colegio Nacional el 28 de noviembre de 1989. Su discurso “Arquitectura y ciudad” fue contestado por Octavio Paz Lozano.

 

Falleció en la Ciudad de México el 16 de septiembre de 2016.

Arquitectura y ciudad

Las ciudades se deben al azar, el diseño, el tiempo y la memoria. En otras palabras: son obra de la gente, regulada por el gobierno, modificada por el tiempo y preservada por la memoria. Las buenas ciudades resultan de un equilibrio entre esos cuatro factores: en ellas, el orden del diseño propicia la libertad, y la memoria urbana de sus habitantes actúa para corregir y, llegado el caso, aprovechar los efectos del tiempo. Son ciudades bellas en las que la plástica urbana adquiere la naturaleza de obra de arte. Una plástica urbana, muy específica, configurada no sólo por los espacios de calles, plazas y parques, la variedad de formas y superficies de los edificios y monumentos, sino también por todos los objetos que pueblan esos espacios: postes, alambres, anuncios, vehículos. Es además una plástica dinámica, sólo aprecia ble en movimiento; más todavía: la forma y la facilidad del movimiento son parte de ella. Si según el precepto de Alberti la escultura requiere ocho puntos de vista a su alrededor para ser concebida y apreciada, la plástica urbana reque- riría no ocho sino una infinidad de puntos; es decir requeriría tiempo. El recorrido por una ciudad es la más inmediata demostración de las cuatro dimensiones en que habitamos.

 


Consulta el discurso completo   DESCARGAR

X
X